diumenge, 20 de setembre del 2015

SER VEGETARIANO...Y DEPORTISTA


El vegetarianismo es una opción ético-nutricional basada, principalmente, en la exclusión de carne y pescado de la dieta, aunque existen numerosas variantes:

Veganos: forman éste grupo aquellas personas que escogen no utilizar ningún producto de origen animal en ningún ámbito de su vida. No comen nada que implique la explotación de un ser vivo (tampoco vestir con cuero o lana).
Api-ovo-lacto-vegetarianos: son el grupo de vegetarianos que escogen la opción de incluir aquellos alimentos de origen animal que no comporte la muerte de éste, como los lácteos, los huevos o la miel.
Crudívoros: siguen una alimentación basada en alimentos crudos o que no han sido calentados a más de 46,7 grados, para evitar la pérdida de vitaminas, minerales, etc. durante su cocción.
Otros: existen numerosas variantes dentro de éstos grupos, como los que consumen huevos pero no lácteos, los que lo consumen todo orgánico, los “semi-vegetarianos” que consumen pescado, etc.

En el mundo del deporte, numerosos deportistas toman la decisión de evitar consumir animales. Martina Navratilova (tenista), Sally Hibberd (campeona de UK de Mountain Bike) o Eneko Llanos (triatleta) sirven de ejemplo para muchos atletas populares que deciden tomar ésta opción nutricional. Pero, ¿puede ser un deportista de élite una persona vegetariana? Aunque para algunos pueda resultar difícil de creer, las evidencias nos confirman que es muy posible. ¿Resulta difícil? Es posible que si.

Los principales factores a tener en cuenta para una persona vegetariana que decida hacer deporte un poco en serio son:
El aporte de todos los aminoácidos. La utilización de legumbres (garbanzos), algas (espirulina), cereales (arroz) u otras plantas (trigo sarraceno, considerado una poligonácea cómo el ruibarbo) podría asegurar el aporte de todos los aminoácidos esenciales, aunque en menor cantidad que con una dieta omnívora.
Aporte de hierro: éste mineral imprescindible para la síntesis de la hemoglobina, proteína transportadora del oxígeno en la sangre. Se encuentra en los productos animales, aunque también, en menor cantidad, en algunos frutos secos o legumbres. También es rica en hierro la yema del huevo. Se dice que la cantidad de personas que sufren anemia entre los vegetarianos no es mayor que entre el resto de la población.
Vitamina B12: ésta vitamina únicamente está presente, principalmente en los nutrientes de origen animal, y es imprescindible para numerosas funciones del organismo. Se recomienda tomar suplementos de ésta vitamina a aquellos deportistas que deciden ser veganos.
El consumo excesivo de fitatos: aunque en la actualidad no son considerados como un antinutrientes, su consumo en exceso puede provocar déficit de algunos minerales, ya que dificulta la absorción de éstos en el tracto intestinal. Son presentes, principalmente, en los cereales y frutos secos.
Carencia de ácidos grasos omega-3: éstos ácidos grasos imprescindibles para la salud, están presentes principalmente en el pescado, aunque también en las semillas de linaza y las nueces en mucha menor cantidad.
Consumo excesivo de Lectinas y Saponinas: éstos nutrientes presentes en gran cantidad en los cereales y las legumbres se relacionan con un gran número de problemas inmunitarios. Entre otros, Cordain publicó un artículo en el año 2000 en la prestigiosa revista British Journal of Nutrition acerca de la posible relación entre la artritis reumatoide y el consumo de cereales.

Evidentemente, ser vegetariano es una opción plenamente respetable y, bajo mi punto de vista, éticamente muy llamativa. Algunas evidencias nos hacen pensar que desde hace 12000 o 13000 años el Homo Sapiens ya ingería animales, y la incorporación a la dieta del pescado y la carne, parece ser que ha jugado un papel clave en la evolución de nuestro sistema nervioso central (grasa). Entre otras cosas, la presencia de transportadores “Hemo” en la membrana del intestino nos hace pensar que la evolución nos ha preparado para la ingesta de otros animales. Como dicen algunos, “la evolución lo hace lo mejor que sabe, pero no lo hace perfecto”.

Es sabido por todos los seguidores de ésta página, nuestra creencia que una dieta, principalmente basada en fruta, verdura, carne, pescado, huevos, miel, frutos secos, algas… y con pocos cereales y lácteos es una de las claves de la salud y el rendimiento. Sin querer convertir esto en un debate ético, pienso que la ingesta de carne y pescado puede ser positiva por su aporte nutricional, sobretodo si el animal ha vivido en libertad y dignamente (respetando las necesidades del animal, como pretende la ramaderia o pesca ecológica) y si se consume con moderación (2-3 veces a la semana de carne, 3-4 de pescado y 2-3 de huevos satisfacen las necesidades diarias de proteínas de la mayoría de la población) moderaríamos el daño que hace al planeta el consumo excesivo de carne: generación de CO2, daño a la tierra para cultivar cereales y soja para alimentar a los animales, aumento de la cantidad de antibióticos en nuestras aguas por la falta de control de su utilización en nuestras granjas... Sin duda, es un tema para nada fácil, de los que remueven conciencias.

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